En este enfoque la elección de un tema es el punto de partida que interesa a l@s niñ@s y en
el que habrá que contemplar los objetivos que nos hemos propuesto para ese año.
Lo importante es que el alumnado sienta como suyo el proyecto y suponga un reto
para su curiosidad, un conflicto y una aventura; en definitiva, que la escuela
les permita tomar la responsabilidad de lo que aprenden.
La investigación sobre las ideas previas supone la siguiente etapa y consiste en ver las
aportaciones, preguntas y propuestas de actividad que recogemos de l@s niñ@s
para poder diseñar las secuencias didácticas. Las ideas de niños y niñas
siempre deben ser respetadas y tenidas en cuenta, aunque no sean acertadas, con el fin de ayudarles a avanzar. Esta fase se establece no sólo al inicio del proyecto,
sino que se retoma en el proceso tanto para no perder el camino emprendido como
para darnos cuenta de los avances. El contraste entre los saberes de partida y
los adquiridos nuevamente son el motor del aprendizaje.
En la práctica, en la primera fase del proyecto
aprovechamos nuestra pizarra digital recién estrenada para tomar nota de lo que
sabemos sobre el tema (en este caso, sobre Egipto y los Faraones).
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